¿Está al día del contenido de la normativa que regula las condiciones para el almacenamiento de los productos químicos? ¿Su empresa cumple todas las exigencias en este sentido? ¿Cómo podría adecuar las condiciones y evitar problemas con la inspección?
En Manuel Romeu S.L. estamos al tanto de que muchas empresas se hacen esta pregunta. Por eso, hemos considerado oportuno redactar un artículo en el que recogemos los aspectos más destacados de la “Guía Técnica de aplicación del Reglamento de almacenamiento de productos químicos y sus instrucciones técnicas”. Esperamos que sea de ayuda.
Normativa para almacenamiento de productos químicos
A finales del año 2017, entró en vigor el Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos y sus Instrucciones Técnicas Complementarias. Un documento con el que se pretende conseguir una correcta aplicación de los requisitos técnicos de seguridad de las instalaciones reguladas en la misma. Todo ello con el deseo de hacer de esta actividad un espacio seguro y controlado.
En sus diferentes instrucciones técnicas, el citado reglamento realiza una cuidada descripción sobre la manera en la que se debe almacenar los productos químicos. Especialmente cuando se depositan en recipientes móviles. Un ámbito en el que nuestra empresa trabaja desde hace muchos años, y al que ofrecemos diferentes soluciones.
Almacenamiento correcto de productos químicos
La referida normativa afirma, en su artículo 10, que cuando, en una misma instalación, se almacenen, carguen y descarguen, o trasieguen productos químicos que presenten distintos riesgos, será exigible el cumplimiento de las prescripciones técnicas más severas. Es decir, debe tenerse especial cuidado en el cumplimiento de la normativa.
Esta afirmación se refiere a dos situaciones que suelen ser habituales en el almacenamiento de este tipo de productos químicos. Nos referimos a: por un lado, que en una misma zona se almacenan productos químicos con diferentes riesgos. Y por otra parte, cuando en la ficha de datos de seguridad se indica que un producto tiene varios riesgos.
En ambos casos, y siempre según la normativa referida, deben aplicarse todas las medidas de seguridad prescritas por las ITCs que sean de aplicación. Y, en caso de que el concepto de aplicación sea idéntico, deberá optarse por las condiciones que sean más restrictivas.
Sobrellenado de recipientes
Otro aspecto al que se refiere la norma es cuando se produce un sobrellenado. Para evitar cualquier posible desbordamiento del producto químico que estemos manipulando establece que haya dispositivos anti-rebose en los recipientes de almacenamiento. Y es que estos evitarán que haya un rebose por llenado excesivo. En la misma línea, y como medida para prevenir derrames, se afirma que deben instalarse dispositivos que controlen el nivel. Y que salten como alarma en caso de que se produzcan. Es decir, el reciente ha de tener dos elementos de seguridad independientes: indicadores de nivel y una alarma independiente de alto nivel.
Distancias entre instalaciones
Otro punto que se desarrolla en este marco normativo es la distancia entre instalaciones donde estén los productos químicos. En este sentido, el texto destaca lo siguiente: “Se han de cumplir las distancias de ambas ITC, y cuando se establezcan distancias a/o desde puntos concretos, tendrán prioridad los valores más restrictivos”. Y para poder reducir estas distancias, destaca que las protecciones empleadas deben ser adicionales a las de las situaciones habituales.
Manuel Romeu S.L. y los productos químicos
En Manuel Romeu S.L. ofrecemos una gran variedad de productos que posibilitan el almacenamiento, seguro y correcto, de los productos químicos peligrosos. En este sentido, hay que destacar que fabricamos una completa gama de depósitos tanto de almacenaje como de proceso. Realizados en plásticos técnicos de alta calidad, tales como el Polipropileno (PP), PVC, Polietileno (PE) y PVDF. Depósitos que pueden soportar productos altamente corrosivos. Y que se presentan como soluciones para aquellas empresas que necesitan cumplir con la norma APQ6 para productos corrosivos. Especialmente cuando no disponen de cubetos de contención. Situación en la que los depósitos y cubas de doble pared garantizan una estanqueidad frente a posibles roturas o fugas del depósito interior.